Opciones de tratamiento complementario a la continuidad de una terapia, con un enfoque integrador múltiple biopsicosocial y espiritual para trabajar situaciones específicas en un número acotado de encuentros.
Estas técnicas -constelaciones, biodescodificación, regresiones- están pensadas como un efecto potenciador de una adecuada terapia psicológica, y NUNCA como un reemplazo de ella ni de la medicina. Quien venda esa idea está fomentando el pensamiento mágico -que combatimos enérgicamente- además de un enfoque inético y poco profesional. La terapia conlleva un proceso para que se produzca una elaboración que dará frutos a través de un trabajo interno que movilizará cambios más rápidos o lentos según los tiempos de cada sujeto, que no se pueden predecir ni generalizar porque son tiempos del inconsciente y no cronológicos.
La tentación de las herramientas complementarias del momento es que puedan en poco tiempo -se prometen resultados “milagrosos” en dos o tres encuentros- resolver conflictos de años, quizá de toda una vida, y sería muy iluso caer preso de tales engaños. No obstante, los vemos a diario. Por ello vale la aclaración: sí a estas técnicas -y remarcamos eso, son técnicas, no terapias- en la medida que acompañen una terapia porque la mejoran, la aceleran; pero jamás como sustitutivas porque allí producen más daño y dolor que la sanación y el cambio que prometen. Es en conjunto, en suma, y no una por otra, que se producen resultados. Mismo criterio que la psicología y la psiquiatría, o la separación entre cuerpo y mente. Procuramos un todo, un holos, una visión integrativa, y jamás separatista.
